Pedro de Mena

Pedro de Mena

Pedro de Mena y Medrano, cumbre de la imaginería religiosa del siglo XVII, nació en Granada en 1628. Su padre era Alonso de Mena, un famoso escultor con el que realizó su aprendizaje.
En 1658 fue llamado por el obispo de Málaga, Diego Martínez de Zarzosa, para realizar la sillería del coro de la Catedral de Málaga y desde ese momento residió en Málaga, donde instaló su taller definitivo.

Falleció en Málaga el 13 de octubre de 1688 y fue enterrado en la Abadía del Císter, muy cerca de la casa donde vivió y murió.​

Cuando el monasterio primitivo del Císter fue derruido, los restos de Pedro de Mena se trasladaron a la Iglesia del Santo Cristo de la Salud y allí estuvieron olvidados hasta que se redescubrieron en 1996 y fueron trasladados a la nueva Iglesia del Císter, donde permanece enterrado bajo una losa situada cerca de la puerta de entrada a la Iglesia, por expreso deseo del artista ya que decía «que dado lo humilde de su persona, estuviera en lugar donde pudiese ser pisado por los fieles».

La casa-taller de Pedro de Mena

La casa en la que vivía y trabajaba Pedro de Mena está situada en la calle Afligidos, hoy sin salida, en el Centro Histórico de Málaga que actualmente acoge el Museo del pintor malagueño Revello de Toro.

En la planta baja del museo hay una sala dedicada a Pedro de Mena en la que se exponen algunas de sus obras, destacando una recreación de su mítico y desaparecido Cristo de la Buena Muerte.

La vivienda malagueña de Mena cuenta con planta baja, primera o principal y una última abuhardillada.

La distribución de los espacios se organiza en torno a un patio principal con galerías cubiertas con columnas toscanas de mármol en la planta baja y pies derechos de madera y antepechos revocados de mampostería en la galería alta.
Además tiene un pequeño patio de servicio en torno al cual se encontraban la cocina, el aljibe, el granero y la despensa.