La calle Marqués de Larios, conocida popularmente como «Calle Larios», es la avenida principal de Málaga. Junto con la Plaza de la Constitución y las calles y plazas aledañas constituye un espacio urbano peatonal, permanentemente protagonista de la vida cotidiana malagueña y de los acontecimientos más importantes de la ciudad.
En este amplio espacio peatonal, que cuenta con una gran animación a cualquier hora del día y de la noche, se ubican multitud de tiendas y comercios de reconocido prestigio nacional e internacional, bazares, joyerías, restaurantes, heladerías, bares y cafeterías con terrazas, hoteles y bancos. Además en su entorno podemos encontrar importantes museos y teatros, la Catedral, el Teatro Romano y la Alcazaba, monumentos a los que se puede acceder en escasos minutos, paseando cómodamente. La calle Larios es el centro de Málaga.
La calle Larios se extiende desde la Plaza de la Constitución hasta la Alameda, dado que con su creación en el siglo XIX se pretendía abrir una vía directa desde la ciudad hasta el puerto.
Es la quinta calle comercial más cara de España, sólo superada por las calles Portal del Ángel (Barcelona), Preciados y Serrano (Madrid) y Paseo de Gracia (Barcelona).
El nombre de la vía se eligió en honor a Don Manuel Domingo Larios y Larios, II Marqués de Larios, que se hizo cargo económicamente del proyecto de creación de esta nueva calle que fue inaugurada en agosto de 1891.
Las obras comenzaron en 1887 con objeto de transformar el laberíntico trazado árabe, de estrechas calles y abigarrada arquitectura, en una avenida que abriera la ciudad al mar.
Además de su intención regeneradora del urbanismo de Málaga la calle Larios fue creada por prescripción facultativa. Todas las epidemias de peste, cólera, fiebre amarilla, gripe y tifus, que se declararon en Málaga tenían la mayoría de afectados en el barrio antiguo, una zona de evidente deterioro urbano y arquitectónico, poco ventilada, con falta de higiene y malos saneamientos, existencia de hacinamiento, con posadas, mesones y albergues no controlados, tabernas, garitos y barberías poco higiénicos, propiciando un ambiente ideal para la propagación de toda clase de enfermedades.
Los médicos malagueños habían avisado de forma reiterada a las autoridades que las recurrentes epidemias que la ciudad padecía, afectando mayoritariamente a la población de este barrio, únicamente se acabarían saneando, ventilando y ensanchando el lugar.
Don José Alarcón Luján, alcalde de Málaga desde 1876 a marzo de 1881, propuso la idea de la creación de esta amplia avenida y sometió a plebiscito la decisión, para que el pueblo de Málaga decidiera entre terminar la segunda Torre de la Catedral o desarrollar el proyecto de la calle Larios. Los vecinos votaron por la calle y no por la torre.