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Esculturas de la plaza de Uncibay

En la plaza de Uncibay y su entorno se encuentran tres grupos escultóricos realizados en bronce por el escultor malagueño José Seguiri (José López Garcia) que se denominan «Baño de Diana», «Acteón» y «El Rapto de las Sabinas».

Muy cerca de la plaza de Uncibay, en la intersección de la calle Granados con la calle Beatas, se encuentra una fuente formada por un vaso circular a ras de suelo que queda partido en dos por un paralelepípedo de piedra gris. Hacia la calle Beatas presenta cinco surtidores de bronce con forma de cabeza de perro y, en la cara que mira a la calle Granados, se encuentra el conjunto escultórico «Baño de Diana», obra de José Seguiri, también de bronce que representa un fondo rocoso sobre el que se desliza una cascada en la que juegan y saltan al agua alegremente un grupo de cuatro ninfas que acompañan a la diosa Diana en su baño, siendo observadas desde la esquina superior derecha por el cazador Acteón con uno de sus perros.

En el vaso existe un rebosadero que permite que el agua se deslice por una canaleta que recorre toda la calle Granados hasta desembocar en otra fuente en la plaza de Uncibay. Se trata de otro vaso circular rehundido en el suelo con un potente surtidor vertical en su centro. Junto a la fuente hay otro conjunto escultórico de Seguiri que representa a Acteón huyendo de sus propios perros, que lo persiguen creyendo que es un ciervo.

Junto al Obelisco existe una tercera escena en la que un hombre levanta en volandas a una mujer, representando el hecho mitológico de «el Rapto de las Sabinas».


Acteón devorado por sus perros

Acteón devorado por sus perros

Un día que la diosa Artemisa (Diana) se encontraba en el bosque tomando un baño acompañada de su coro de ninfas, la contempló desnuda el príncipe tebano Acteón que estaba cazando con sus perros.

Artemisa (Diana), enfadada, salpicó con agua el rostro de Acteón, transformándolo en un ciervo que fue devorado por sus propios perros sin saber que el ciervo al que daban caza era su propio dueño.

La diosa griega Artemisa (Diana para los romanos) había renunciado al matrimonio con dioses o mortales y era la diosa de la caza, los bosques y los animales y la protectora de la virginidad.

El baño de Diana

El baño de Diana

El Rapto de las Sabinas

Rapto de las sabinas

El rapto de las sabinas es un episodio mitológico que cuenta el secuestro de mujeres de la tribu de los sabinos por parte de los fundadores de Roma.
El rapto se produjo poco después de la fundación de Roma, a mediados del siglo VIII a. C., y fue debido a que en Roma había pocas mujeres.
Los romanos buscaron sin éxito esposas en las regiones aledañas, incluidos los sabinos.
Para raptar a las mujeres sabinas organizaron un festival de juegos durante la fiesta de Neptuno Ecuestre. Los sabinos fueron a Roma con sus mujeres e hijos. Durante los juegos los romanos secuestraron a treinta mujeres sabinas que se convirtieron en esposas de los romanos.​



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